miércoles, 9 de septiembre de 2015

Ensayo "Alcances de los principios operantes en humanos"

Lo más probable es que el inicio del conductismo surgió como cualquier otra pregunta, que al parecer era simple y poco a poco se fue convirtiendo en un planteamiento del problema, que no sólo hizo que los expertos lo volvieran un tema basto de investigación, sino que fuera más allá, tratando de encontrar respuestas a preguntas tales como podrían ser ¿La conducta se controla? ¿Se puede predecir? Y si es así, ¿Cómo podemos repetirlo con organismos diferentes?

Preguntas que se convierten en un parteaguas para el comienzo de hipótesis que se han ido convirtiendo en teorías, que van complementando y formando nuestro concepto de conducta, pero sobre todo lo que podemos aprender a manipular de ella, cada vez más saber sobre lo que interfiere en la modificación de esta y que hay varios factores que intervienen, y dando así cada vez más la apertura al concepto de conducta operante.

Si de algo podemos estar confiados es que la conducta nos dará una gama extensa de conceptos y no sólo eso, sino de factores que intervengan y que hagan de éste paradigma algo más enriquecedor y claro en cuanto a sus características.

La conducta operante es un proceso en el cuál la frecuencia con que está ocurriendo una conducta, se modifica o se altera debido a las consecuencias que esa conducta produce.
Watson menciona que el fin de la psicología es predecir y controlar la conducta, pues se limita al estudio objetivo de los hábitos generados por la conexión estímulo-respuesta, teniendo como resultado una interacción continua.

El mayor exponente del análisis de la conducta es Burrhus Frederic Skinner se centró casi totalmente en la conducta observable, lo cual lo hizo en un radical determinista, al sostenerse en la premisa de que el comportamiento humano no surge de un acto de voluntad, sino que están determinado por leyes. Abordando que la psicología no debe explicar la conducta a partir de los componentes fisiológicos de los organismos, sino más bien de los estímulos ambientales.

El condicionamiento operante nos lleva al conductismo científico pues es determinado y sigue leyes por ciertas variables identificables, siguiendo principios inequívocos que potencialmente se pueden conocer.

Si hay alguna forma de explicar la conducta, o dar las razones de por qué las personas hacen lo que hacen, es especificando con claridad las condiciones presentes que en forma confiable producen la conducta que se está explicando.

La probabilidad de ocurrencia de cierta conducta están determinados por las condiciones ambientales por los eventos que preceden o acompañan a la conducta, por los eventos ambientales que cambian como consecuencia de la conducta y por la experiencia previa del organismo con el medio ambiente, entonces podemos concluir que existen tres elementos básicos e importantes para la conducta operante:

1.- Conducta
2.- Contingencia
3.- Ambiente

La contingencia es el recibir inmediatamente el estímulo después de haber realizado la conducta, así también definimos que la conducta se considera dividida en unidades llamadas respuestas y al medio ambiente se le ve dividido en unidades llamadas estímulos.

El determinante ambiental de la conducta se explica de dos formas: El contemporáneo (lo actual) y el histórico (son las experiencias previas), si se quisiera cambiar estos determinantes ambientales tendríamos que cambiar la experiencia histórica del organismo o hacer una experiencia en otro organismo similar, lo cual son dos métodos con los que podemos experimentar para determinar tal probabilidad.

Por otra parte no sólo tenemos la parte ambiental, sino también otra variable que debemos considerar, que son los estímulos, de los cuales tenemos de tres tipos:
1.- Evocadores. Se presentan regularmente antes de la respuesta. Evocan respuestas estereotipadas (respondientes)
2.- Reforzadores. Eventos ambientales que se presentan después de la respuesta que incrementan la probabilidad de que estas respuestas ocurran en la conducta futura del organismo.
3.- Discriminativos. Acompañan o van antes de las respuestas pero no las evocan de la manera que los estímulos evocadores evocan a las respondientes.